Add parallel Print Page Options

Cuando vio a la reina Ester, se alegró y le extendió el cetro de oro. Ester entró a la habitación, se acercó y tocó la punta de su cetro.

Entonces el rey le preguntó:

—¿Qué te molesta reina Ester? ¿Qué quieres pedirme? Te daré hasta la mitad de mi reino si me lo pides.

Ester dijo:

—Si es del agrado del rey quisiera invitarlo a usted y a Amán hoy a una fiesta que he preparado en su honor.

Read full chapter